Expresionismo Lírico
by Melisa Mauriño
Ánima
[la trilogía del asombro I]
Poemas
COMPRÉ LA MANZANA EN UN PUESTO DE FRUTOS
la elegí entre muchas otras por su brillo
mítico de escarabajo.
Pregunté a la mujer si podía enjuagar
lo que estaba a punto de morderme
suspendido entre el hambre
y la belleza del mundo cuando nos quedamos solos.
De espaldas ungió el misterio
para mí la bolsa llena de agua dulce
donde flotaba luminosa mi manzana.
En ella fui, de un vistazo, feliz.
Salí a la calle gritando:
"¡Me llevo un gran pez dorado!"
La mujer reía, nada más que risas en la boca
y mi vestido rojo se agitó en el viento
como una hoja sujeta al devenir.
Flameaban las branquias, pequeños cortes,
la etiqueta azul sobre su aleta dorsal
parecía una estampilla de otra estrella.
Abrí la bolsa a los pies
de un árbol seco,
bañó sus raíces
la manzana de un salto
voló de rama en rama
destelladas en el aire
y saludó al árbol, una imagen sorprendente
de su temida muerte
cautiva en la celda de un acuario cruel.
En su vuelo dorado se apagó mi hambre,
el árbol devino de pronto manzano
las hojas ondularon como algas en el cielo
y los peces, rojos soles recién cosechados
volaban en círculos como quien tantea
por primera vez la libertad.
***
QUISE ENHEBRAR EL OJO DEL CALAMAR
no tenía claro si la tinta era sangre o sólo tinta
como cuando se corre lo que escribo y se mancha,
como cuando lastima
los puntos en la herida cuando se va secando el poema
¿cuántos puntos o versos
hasta que se alivia lo incurable?
tenía ocho años y extendía sobre la mesa el cuerpo
flexible, tendida en la bandeja
de aluminio reluciente espejo
mi imagen, el bisturí
un tallo plateado entre los dedos
las suaves membranas de la piel
los tentáculos salinos
tan húmedos y sus cráteres rosados,
quería lamerlos y ensuciarme los labios
y las manos con su jugo
azul o negro, probar
su rigidez con mi lengua
yo escribo porque duele y la pluma se desborda
pero si fuera sangre, ¿qué pasaría?
¿o acaso no es sangre lo que se enfría y se va
tornando oscuro, escritura
debajo de la terca paciencia de un cadáver?
***
DEJO CAER UNA MONEDA A TRAVÉS DE LA RANURA
Y EL MUNDO SE MUEVE
la máquina respira, oxigena la tierra:
tiene branquias azules que recorren
esa membrana arenosa y sensible;
callosidades minerales recuerdan
accidentes geográficos donde yacen ocultos
tus placeres: otros múltiples demonios,
su riqueza oscura.
El núcleo se dilata si lo acaricio
como el sol de enero, la cabeza candente
del alfiler que agujerea tu carne.
Otra moneda: camina el mundo.
Soy el animal que aprendió a decir
que no.
Recorrí la ciudad buscando el fruto perfecto
para que nomeolvides,
la manzana más roja entre tus labios mi boca
y un veneno sin antídoto que arruine
la felicidad. Caminé también
tratando de no pisar con mi derrota
el esqueleto de las flores
destripadas junto al cordón de la vereda.
El hombre del delantal manchado de clorofila
baldeaba los restos y el agua
arrastraba lejos sus órganos florales,
un espectáculo temible, ese olor a funeral.
Los pétalos se caen.
Soy un ánima entre tantas debajo de tu almohada,
el sueño que reposa en la corteza de tu nido
donde tus pichones aprenden tu canto,
se cuecen con el calor de tu voz.
Aprendemos a escuchar
lo que el viento lleva y trae, sus denuncias.
Un chico en Gelderland
se encierra en su cuarto y espera el apareamiento
de una pareja de polillas Automeris naranja en cautiverio.
La hembra atrae al macho
pero ninguno responde al llamado del perfume.
El chico elige al más hermoso,
lo decapita y lo une a la hembra a la luz de la luna.
Lo llaman el método más simple.
El macho sin cabeza
fecunda a la hembra durante toda la noche.
Está muerto: un orgasmo verdadero
sin restitución a la unidad del cuerpo, infinito.
En Heemstede un coleccionista espera
con ansias la llegada
de los hijos que llenarán sus vitrinas
de ejemplares novedosos, distintos,
únicos e irrepetibles.
Nunca alcanza.
¿Dónde está tu cuerpo esta noche?
¿En qué almohada reposa tu cabeza?
Dejo caer mi última moneda
a través de la ranura y el mundo se conmueve.
Cierro los ojos, duermo en el perfume
de las flores que no encontré para darte,
para que nomeolvides.
¿Qué es eso
que mueve el mundo desde que no estás?
Soy el animal
que aprendió a decir que no.
Ánima - La trilogía del asombro I-
(mardelobos, 2022)